Wednesday, December 06, 2006

A quien corresponda:


De mi mayor consideración:

Estoy seguro de que ésta es una situación igual a muchas, a muchísimas, a demasiadas...
Pero es la mía. Y me duele. Y me duele que me duela. Y me duele que le duela a otros.
No sé quién repartió las barajas en esta biocrática humanidad. Pero quien lo hizo se equivocó. Y lo que es peor, se equivoca constantemente.
Tengo 45 años. Sí, soy pecador. He crecido. Madurado. Para muchos, demasiados, envejecido.
...Y yo que me enorgullecía de mi madurez. Hasta escribí una vez: Madurez:"Momento en la vida en que, por fin, se logra utilizar la inteligencia en lugar de la fuerza."
Estoy en España desde hace 5 años. Abandoné mi por siempre amada Argentina (qué se le va a hacer). Vine con ilusiones, con desgarros, con muchos miedos, ochocientos dólares y cuarenta años.
Vine con el peso de las responsabilidades por sobrevivir dignamente y poder brindar dignidad a gente que quedó y que confió en mi locura. Locura... Locura... Querer estar mejor, querer hacer más y mejores cosas, con expectativas profesionales y personales. Vine a crecer y hacer crecer. Vine a madurar. Qué aspiración la madurez, ¿no? Y debo confesar algo muy importante. Lo logré. Maduré. A fuerza de pensiones, de objetivos claros, de tristeza, de miedos, de esa lucidez que cuesta cara. Y,sí, maduré.
Pero lo que se gestó como un proyecto positivo y lleno de la energía que genera el deseo, algo grande que alcanzar, resulta que hoy es el amargo resultado de esa mano de naipes que alguien inescrupuloso ha dado.
En mi vida he hechos muchas cosas. Mi profesión y el ejercicio de ésta, en diferentes ámbitos, me han dado una experiencia profunda. Y me han ayudado a reconducir, aunque sea un poco (que ya es bastante) las travesuras que el destino juega, por supuesto en contra.
Mi osadía, mi cabezadurez y mi tenacidad han sido aliadas. Y también haber madurado. Una vez más. Lo que me ha significado poder enfrentar los mismos conflictos, las mismas encrucijadas, de diferentes maneras. Prueba insoslayable de que uno ha madurado.
Hoy, sintiéndome maduro, me asusto como un niño frente a lo que provocan mis 45 años. Mi capital de vida. En esencia, lo único que poseo de verdad.
Pero no es así para la mesa en donde se juegan las partidas de alguien que baraja y que reparte muy mal.
Busco trabajo. Adjunto mi CV. Soy bueno. Soy creativo, me hice en el área. Crecí. Y también me desarrollé en las áreas ejecutivas. Y maduré. No por tener 45 años. Pero éstos son mi más genuino talonario de comprobantes.
Y sí tengo 45 años. Y sigo buscando mi lugar. En esta región de gerontes-gerentes de mi edad.
Maduros y vividos y por vivir. Estudiados y estudiantes. Con mucho para dar. Pero sufridos por tener que reconvertir de golpe y a golpes, el concepto de que lo que nos enseñaron como virtud, hoy es un abominable defecto.
Reciban mi más sincero saludo.

2 comments:

Anonymous said...

Besistos de mariposa

Anonymous said...

Repito:besitos de mariposa.